LOS MENONITAS Y EL DESARROLLO DE SU IDIOMA
Resumen
Este artículo es una reseña histórica del movimiento menonita y la evolución del idioma hablado por ellos. Empezó con la reforma de Ulrich Zwingli que dio origen a la doctrina anabautista, apartándose de la iglesia católica romana. Menno Simons fue un gran líder de un grupo de anabautistas, que más tarde fue denominado menonita. A consecuencia de persecuciones religiosas se produjeron migraciones, y el idioma hablado por este grupo fue influenciado por los idiomas hablados en los lugares donde vivían. Como resultado surgió un dialecto denominado “Plautdietsch” que hasta hoy en día es hablado por muchos menonitas.
Palabras claves
Menonitas, reforma, bajo alemán, migraciones
Abstract
This article is a historical investigation of the Mennonite movement and the evolution of their language. The movement started with Ulrich Zwingli’s reform which gave origin to the Anabaptist doctrine, leaving the Roman Catholic Church. Menno Simons was a great leader of an Anabaptist group, which later was named Mennonites. Religious persecutions gave place to migrations, and the language spoken by this group was influenced by the languages spoken in the places they lived in. As a result, a new dialect evolved and is still spoken by many Mennonites.
Key terms
Mennonites, reform, Low German, migrations
LOS MENONITAS Y EL DESARROLLO DE SU IDIOMA
Introducción
Este artículo es una reseña histórica de la comunidad menonita y la evolución de su idioma. El término “bajo alemán” va ser empleado para referirse a este idioma, aunque en el idioma mismo se llama “Plautdietsch”. “Plaut” significa plano y “dietsch” significa alemán. Ya que el Plautdietsch es transmitido oralmente y no se ha elaborado una ortografía y una gramática definida, se puede decir que es un dialecta. Sin embargo, en este artículo se va a emplear el término idioma.
El Plautdietsch se originó con los menonitas ya en el siglo XVII y fue evolucionando y cambiando. Hoy en día existen muchas variaciones de este idioma, aunque los hablantes de diferentes lugares no tienen dificultades al comunicarse aún.
Todos los idiomas cambian con el tiempo; esto es inevitable. Los cambios ocurren debido a varios factores y ocurren en diferentes aspectos de la lengua. Según R. L. Trask (2005) los cambios pueden ocurrir en la pronunciación, en la ortografía, en la gramática y en el significado de las palabras. Algunos factores que influyen el cambio en cuanto al vocabulario son la inclusión de palabras de otros idiomas y la creación de nuevas palabras. Rudi Keller (2005) sostiene que el cambio lingüístico ocurre cuando las personas cambian su preferencia para expresarse, y este cambio es una acción inconsciente. Según Christopher Cox (2015) la preservación lingüística es algo muy importante para los menonitas, sin embargo se observan grandes cambios desde su origen hasta ahora.
Los menonitas
Antes de hablar del origen de los menonitas, es importante considerar las reformas que precedieron este movimiento.
Todo empezó con el reformador alemán Martín Lutero. Según Korny Neufeld (Neufeld, 2009) él protestó contra las prácticas de la Iglesia Católica Romana, por ejemplo, la venta de indulgencias y la autoridad absoluta del Papa. Elaboró 95 tesis o principios de fe basados en la Biblia y los colocó en la puerta de la iglesia de Wittenberg en 1517, hecho que fue concebido como una gran ofensa hacia la Iglesia Católica y al Papa romano. Después tradujo la Biblia al alemán y dio origen a la Iglesia Luterana.
En Suiza también ocurrió una reforma originada por Ulrich Zwingli. Neufeld sigue diciendo que “Lutero y Zwingli enfatizaron la autoridad de las sagradas escrituras pero continuaron con las prácticas del bautismo de niños y sus congregaciones se convirtieron en nuevas iglesias estatales” (2009, pág. 12). En 1525 durante un culto en la iglesia de Suiza un miembro llamado Georg Blaurock pidió que se le bautice, y Konrad Grebel lo bautizó conforme a su fe. Esto fue un ejemplo para muchos cristianos quienes decidieron bautizarse también. “Todos los que se bautizaron por segunda vez fueron llamados anabautistas” (Neufeld, 2009).
Neufeld sigue relatando que los anabautistas fueron perseguidos por su fe, ya que se negaban a pelear en la guerra y pedían una separación de la iglesia y el estado. Debido a estas persecuciones tuvieron que huir y esparcirse hacia todas las direcciones. “Menno Simons agrupó a los perseguidos de Holanda, del Norte de Alemania y de Prusia, formando numerosas congregaciones” (Neufeld, 2009, pág. 13).
Según Neufeld, Menno Simons era un sacerdote católico de Frisia (actual Holanda). Viviendo una vida en la ignorancia en cuanto a las Sagradas Escrituras empezó a tener dudas sobre la Santa Cena. Decidió conseguir un Nuevo Testamento y lo estudió hasta encontrar la respuesta. Un día escuchó sobre un anabautista que fue ejecutado por haberse bautizado de nuevo. Menno se dispuso a estudiar nuevamente la Biblia hasta que encontró que el bautismo de adultos era lo correcto bíblicamente.
Al ser trasladado a Witmarsum como sacerdote, conoció a los anabautistas más de cerca. Al ver cómo sufrían al ser perseguidos su conciencia estaba muy perturbada y decidió llevar una vida santa y se dejó bautizar. Empezó a predicar lo que vivía y salió de la iglesia católica. En el año 1537 las iglesias anabautistas lo eligieron como anciano.
Menno se convirtió une un gran líder para muchos anabautistas confundidos, inocentes y abandonados. Consecuentemente, él también fue perseguido. Tuvo que huir de muchos lugares hasta encontrar refugio en Wismar, en la costa del mar Báltico. Falleció el 31 de enero de 1561 en Bad Oldesloe, Alemania.
“En Holanda y Alemania se comenzó a llamar a los anabautistas ‘menonitas’, por el nombre de aquel que había sido su gran líder” (Neufeld, 2009). Los menonitas fueron perseguidos por su fe y tuvieron que migrar hacia otros lugares, dentro de Europa en la mayoría de los casos.
Según Rudolf Plett (1979) había tres grande olas migratorias. La primera (1525 – 1775) empezó cuando nació el anabautismo a razón de persecuciones religiosas. La mayoría emigró hacia el Norte de Alemania, llamado Prusia en ese entonces. La segunda ola (1775 – 1914) consistía en emigraciones voluntarias por las dificultades con el gobierno y la necesidad de un terreno más extendido. Sin embargo, en Prusia y en Rusia fueron privados de los privilegios originales, lo que los motivó a emigrar. Los de Rusia tuvieron como destino el Norte de América. De 1914 a 1948 las persecuciones del comunismo ruso dieron lugar a la tercera ola migratoria. Al terminar la segunda guerra mundial varios grupos emigraron al continente americano: Estados Unidos, Canadá, Brasil, Paraguay y Uruguay. El Comité Central Menonita organizó y posibilitó estas migraciones.
El idioma bajo alemán (Plautdietsch)
Según Cornelius Krahn y Al Reimer (1989), Plautdietsch es una variación del bajo alemán y es hablado por los menonitas provenientes originalmente de Holanda. Ellos se asentaron en Danzig a orillas del Río Vistula y se esparcieron en Rusia y el norte y sur del continente americano. Todos los menonitas de los años 1950 eran primariamente de dos trasfondos étnicos y lingüísticos, el alemán suizo y el alemán holandés o bajo alemán.
Cuando los menonitas de Holanda se establecieron cerca del río Vistula, mantuvieron el idioma holandés hasta la segunda mitad del siglo XVIII (Krahn & Reimer, 1989). Personas de otros orígenes que se unieron a los menonitas aprendieron esa lengua como lengua extranjera. El idioma nativo del país era una forma de bajo alemán o Plattdeutsch lingüísticamente relacionado al holandés y el inglés. Las similitudes del bajo alemán con el holandés y el inglés eran más notables que las con el alemán estándar. Hasta el siglo XVII fue un idioma literario. El holandés permaneció como un idioma literario, aunque la mayoría de los dialectos alemanes son lenguas coloquiales hoy en día. Sin embargo, existe una gran cantidad de literatura en bajo alemán.
Según Krahn & Reimer (1989), los menonitas que vivían bajo el gobierno polaco, no fueron muy influenciados por la lengua, ya que los polacos aceptaron el bajo alemán que era hablado en su territorio. Existen diferentes formas del bajo alemán hablado por los menonitas en América procedentes de Rusia y Polonia. Esto podría ser una consecuencia de diferentes trasfondos religiosos o podría ser una variación geográfica. Los menonitas aceptaron el dialecto de su entorno gradualmente, a veces reteniendo algunas peculiaridades del holandés.
Algunos cuadernos encontrados de los estancieros de los siglos XVII y XVIII mostraban una mezcla del holandés y el alemán, sigue (Krahn & Reimer, 1989). Fue en aquellos tiempos cuando estaban más expuestos a la cultura y la lengua alemana. El holandés fue reemplazado, primeramente, por el bajo alemán en la vida cotidiana y, después, por el alemán en cultos y escritos. Que los pastores prediquen en alemán no fue muy apreciado hasta 1781, cuando el último anciano que insistía que se predique en holandés falleció. El primer himnario menonita alemán fue impreso en 1761, reemplazando el holandés. En 1788, cuando los primeros menonitas migraron a Rusia, algunos todavía empleaban el idioma holandés. Biblias y otros libros en este idioma fueron llevados a Rusia y algunos hasta llegaron a Estados Unidos y Canadá en la migración de 1874. Sin embargo, los primeros migrantes de Rusia provenientes de las áreas de Danzig y Elbing quienes eran de escasos recursos económicos y se asentaron en Chortitza, principalmente hablaban el bajo alemán. El holandés ya no estaba en uso y el alemán todavía era una lengua extranjera. Esta forma del bajo alemán particularmente fue la que perpetuó entre los menonitas más conservativos de Manitoba y México (Krahn & Reimer, 1989).
Krahn & Reimer (1989) relatan que los menonitas que se quedaron en Danzig y el oeste de Prusia ya aceptaron el alemán completamente para los cultos de alabanza y para la literatura. Este desarrollo fue acelerado por una mejor educación, especialmente entre los de mejores condiciones económicas. En 1803, cuando el asentamiento Molotschna se estableció en Ucrania, los nuevos colonos, siendo un poco prósperos, habían hecho un mayor desplazamiento del holandés al bajo alemán, así como al alemán. También el bajo alemán hablado por ellos había sido alterado considerablemente por las influencias del alemán. Las diferencias entre el bajo alemán de Chortitza y el de Molotschna era aún discernible en los asentamientos del norte y sur de América a mediados del siglo XX.
Entre los menonitas que salieron de Danzig y Prusia en 1850-1880, yendo a Samara (Rusia), Nebraska y Kansas, el cambio del bajo alemán al alemán ya estaba casi completado antes de la migración (Krahn & Reimer, 1989). Los padres hablaban principalmente alemán, pero manejaban el bajo alemán lo suficiente para hablar con los sirvientes y con quienes lo preferían. Por cierto, su alemán contenía aún rasgos de su trasfondo bajo alemán.
El bajo alemán en América
En la gran migración de Rusia al norte de América en 1874 los menonitas de Chortitza se fueron a Manitoba (Canadá) y más tarde algunos a México y América del Sur. Según Krahn & Reimer (1989) ellos conservaron el bajo alemán original en su forma más pura, aunque también mostraba influencias del ruso y del inglés. Solo tenían un dominio limitado del alemán y del inglés, y en México y América del Sur del español. El grupo de Molotschna se asentó casi enteramente en los Estados Unidos, con excepción de algunos que se localizaron en Manitoba. Los menonitas de Polonia se establecieron en Kansas y Dakota. El bajo alemán de este grupo difería más del de Molotschna y Chortitza que estos entre sí. Los de Molotschna no todos hablaban la misma variación del bajo alemán, ni habían vivido juntos lo suficiente para lograr uniformidad. El grupo que llegó más tarde de Molotschna presentaba características lingüísticas muy definidas que fueron retenidas y eran notables en Kansas a mediados del siglo XX (Krahn & Reimer, 1989).
Influencias del ruso y del inglés
Gerhard Wiens estudió las influencias del ruso en el bajo alemán e hizo una observación muy interesante: "This study of mine may indeed shock some of my people," porque su idioma "was not nearly so pure as we were proud to claim." (Wiens, 1958). Señala que los resultados de sus estudios podrían ser chocantes para los menonitas, ya que el bajo alemán que hablaban no era tan puro como lo pretendían orgullosamente. Presenta ejemplos de cómo nuevas palabras fueron introducidas del nuevo ambiente y fueron asimiladas, cómo entró el neologismo ruso y palabras en bajo alemán adquirieron una forma rusa. Otros lingüistas estudiaron las influencias polacas y holandesas y la relación entre el bajo alemán con el inglés. Krahn & Reimer (1989) menciona que también eran notables las influencias del español y portugués en el bajo alemán de México y América del Sur.
Conclusión
Este artículo es una reseña histórica del movimiento menonita y la evolución del idioma hablado por ellos. Empezó con la reforma de Ulrich Zwingli que dio origen a la doctrina anabautista, apartándose de la iglesia católica romana. Menno Simons fue un gran líder de un grupo de anabautistas, que más tarde fue denominado menonita. A consecuencia de persecuciones religiosas se produjeron migraciones, y el idioma hablado por este grupo fue influenciado por los idiomas hablados en los lugares donde vivían.
BIBLIOGRAFÍA
Cox, C. (2015). The Resilient Word: Linguistic Preservation and Innovation among Old Colony Mennonites in Latin America. Journal of Mennonite Studies, 31, 51-74.
Keller, R. (2005). On Language Change: The invisible hand in language. New York: Routledge.
Krahn, C., & Reimer, A. (1989). Dialect Literature and Speech, Low German. Recuperado el 13 de mayo de 2016, de Global Anabaptist Mennonite Encyclopedia Online: http://gameo.org/index.php?title=Dialect_Literature_and_Speech,_Low_German
Neufeld, K. (2009). Conociendo a los Menonitas: Su origen, su fe y su presencia en el Paraguay. Filadelfia: Grafitec S.A.
Plett, R. (1979). Presencia Menonita en el Paraguay: Origen, doctrina, estructura y funcionamiento. Asunción: Instituto Bíblico Asunción.
Trask, R. L. (2005). Language Change. New York: Routledge.
Wiens, G. (1958). Russian in Low German. Mennonite Life 13, 75-78.
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